Santisima Trinidad
El navío Santísima Trinidad con sus cuatro cubiertas y 136 cañones. Grabado del siglo XIX. Museo Naval de Madrid.
El Santísima Trinidad fue uno de los navíos de línea más grandes y poderosos jamás construidos en la historia de la navegación. Fue construido en los astilleros de La Habana, Cuba en 1769, y fue comisionado en la Armada Española en 1770. Después de varias décadas de servicio, el barco fue reconstruido y ampliado en 1795, lo que lo convirtió en el buque de guerra más grande de su época.
El 21 de octubre de 1805, durante la Guerra de la Tercera Coalición, el Santísima Trinidad participó en la Batalla de Trafalgar contra la Armada británica bajo las órdenes del jefe de escuadra Baltasar Hidalgo de Cisneros, y con Francisco Javier de Uriarte y Borja como capitán de bandera.
Durante la batalla, el Santísima Trinidad se enfrentó a varios barcos británicos, pero se vio superado en número y en habilidad de maniobra. Tras una dura lucha fue capturado por los ingleses en muy malas condiciones, con más de 200 muertos y 100 heridos. Los ingleses pusieron todo su empeño en salvarlo y remolcarlo al puerto inglés de Gibraltar. Sin embargo, finalmente fue hundido por los navíos británicos HMS Neptune y HMS Prince el 24 de octubre a unas 25 o 28 millas al sur de Cádiz, llevándose consigo a 80 heridos que estaban en su interior .

Vista lateral con 4 puentes por Rafael Berenguer
La Batalla de Trafalgar fue una de las más importantes de la historia naval, y el Santísima Trinidad se convirtió en uno de los símbolos de la resistencia española frente al poder británico. A pesar de su derrota, el navío sigue siendo recordado como uno de los más impresionantes y poderosos buques de guerra de todos los tiempos.

Características

Maqueta del Santísima Trinidad
Maqueta del Santísima Trinidad,en el Museo Naval de Madrid
A su botadura, el Santísima Trinidad era un navío de línea de tres cubiertas, pero posteriormente sería ampliado a cuatro cubiertas en la reforma que se le realizó en el puerto de El Ferrol en 1795. Tenía una eslora de 62,6 metros y una manga de 16,45 metros. Con una altura de 76 metros desde la quilla hasta la punta del mástil principal, era uno de los barcos más altos de su época. Tenía un calado de 8,22 metros y un desplazamiento de 4.950 toneladas.
Batalla del Cabo de San Vicente
El Infante don Pelayo acude al rescate del Santísima Trinidad en la batalla del Cabo de San Vicente del 14 de febrero de 1797. Óleo de Antonio de Brugada.
El barco estaba equipado a su entrega con 120 piezas de artillería, distribuidas en cuatro cubiertas y en las torres de popa y proa, que fueron incrementadas a 140 poco antes de la batalla de Trafalgar. Los cañones incluían piezas de 36, 24 y 12 libras, y tenían un alcance efectivo de hasta 400 metros. Además, el Santísima Trinidad también estaba equipado con 20 obuses, que se utilizaban para disparar proyectiles explosivos a una mayor distancia.
El barco estaba propulsado por tres mástiles y velas cuadradas, que le permitían alcanzar una velocidad máxima de alrededor de 10 nudos. Además, tenía una tripulación de entre 1.000 y 1.200 hombres, que incluía marineros, artilleros y soldados.
Aunque el Santísima Trinidad era un barco imponente, su gran tamaño y peso también lo hacían vulnerable a los fuertes vientos y las corrientes marinas. Además, su maniobrabilidad era limitada debido a su tamaño, lo que lo hacía menos ágil en el combate que los barcos más pequeños y maniobrables de la Armada británica.
A pesar de sus limitaciones, el Santísima Trinidad se convirtió en uno de los buques de guerra más icónicos de su tiempo, y su papel en la Batalla de Trafalgar sigue siendo recordado como un momento decisivo en la historia naval de España y de Europa.