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DICCIONARIO DEL DIABLOde Ambrose Bierce |
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V | ||||
Valor, s. Virtud castrense en que se mezclan la vanidad, el deber y la esperanza del tahur. --�Por qu� se ha detenido? --rugi� en la batalla de Chickamauga el comandante de una divisi�n, que hab�a ordenado una carga-- Avance en el acto, se�or. --Mi general --respondi� el comandante de la brigada sorprendido en falta--. Estoy seguro de que cualquier nueva muestra de valor por parte de mis tropas las pondr� en contacto con el enemigo. Vanidad, s. Tributo que rinde un tonto al m�rito del asno m�s cercano. Valla, s. En el arte militar, basura colocada delante de un fuerte para impedir que la basura de afuera moleste a la basura de adentro. Vampiro, s. Demonio que tiene la censurable costumbre de devorar los muertos. Su existencia ha sido disputada por polemistas m�s interesados en privar al mundo de creencias reconfortantes que de reemplazarlas por otras mejores. En 1640 el padre Sechi vio un vampiro en un cementerio pr�ximo a Florencia y lo espant� con el signo de la cruz. Lo describe dotado de muchas cabezas y de un n�mero extraordinario de piernas, y no dice que lo vio en m�s de un lugar al mismo tiempo. El buen hombre ven�a de cenar y explica que si no hubiera estado "pesado de comida", habr�a atrapado al demonio contra todo riesgo. Atholston relata que unos robustos campesinos de Sudbury capturaron un vampiro en un cementerio y lo arrojaron en un bebedero de caballos. (Parece creer que un criminal tan distinguido debi� ser echado a un tanque de agua de rosas). El agua se convirti� instant�neamente en sangre "y as� contin�a hasta el d�a de hoy", escribe Atholston. M�s tarde el bebedero fue drenado por medio de una zanja. A comienzos del siglo XIV un vampiro fue acorralado en la cripta de la catedral de Amiens y la poblaci�n entera rode� el lugar. Veinte hombres armados con un sacerdote a la cabeza, llevando un crucifijo, entraron y capturaron al vampiro que, pensando escapar mediante una estratagema, hab�a asumido el aspecto de un conocido ciudadano, lo que no impidi� que lo ahorcaran y descuartizaran en medio de abominables org�as populares. El ciudadano cuya forma hab�a asumido el demonio qued� tan afectado por el siniestro episodio, que no volvi� a aparecer en Amiens, y su destino sigue siendo un misterio. Venganza, s. Roca natural sobre la que se alza el Templo de la Ley. Veraz, adj. Tonto e iletrado. Verdad, s. Ingeniosa mixtura de lo que es deseable y lo que es aparente. El descubrimiento de la verdad es el �nico prop�sito de la filosof�a, que es la m�s antigua ocupaci�n de la mente humana y tiene buenas perspectivas de seguir existiendo, cada vez, m�s activa, hasta el fin de los tiempos. Verdugo, s. Funcionario de la ley que cumple tareas de la mayor dignidad e importancia y padece un desprestigio hereditario ante un populacho de antepasados criminales. En algunos estados norteamericanos, como New Jersey, sus funciones son desempe�adas ahora por un electricista; primer caso registrado por este autor en que alguien pone en duda las ventajas de ahorcar a los habitantes de New Jersey. Verso blanco, s. Pent�metro y�mbico sin rima; el verso ingl�s m�s dif�cil de escribir pasablemente y, en consecuencia, el que prefieren los que no pueden escribir pasablemente nada. Vida, s. Especie de salmuera espiritual que preserva al cuerpo de la descomposici�n. Vivimos en diario temor de perderla; cuando se pierde, sin embargo, no se la echa de menos. La pregunta "�Vale la pena vivir?" ha sido muy debatida, en particular por los que opinan que no; algunos de ellos escribieron extensos tratados en apoyo de esa idea y, gracias a un minucioso cuidado de su salud, disfrutaron durante muchos a�os los honores de una exitosa controversia. Vidente, s. Persona, por lo general mujer, que tiene la facultad de ver lo que resulta invisible para su cliente: o sea, que es un tonto. Viejo, adj. Estado de uso que no se contradice con una incapacidad general, v.gr. "hombre viejo". Desacreditado por el paso del tiempo y ofensivo para el gusto popular, v.gr. "libro viejo". Virtudes, s. p. i. Ciertas abstenciones. Vituperio, s. S�tira, tal como es entendida por los necios y por todos los que tienen trabado el ingenio. Viuda, s. Figura pat�tica a quien el consenso del mundo cristiano toma en broma, aunque la ternura de Cristo por las viudas fue uno de los rasgos m�s marcados de su car�cter. Voto, s. Instrumento y s�mbolo de la facultad del hombre libre de hacer de si mismo un tonto y de su pa�s una ruina. |
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