|
||||
DICCIONARIO DEL DIABLOde Ambrose Bierce |
||||
F | ||||
Famoso, adj. Notoriamente miserable. Fan�tico, adj. D�cese del que obstinada y ardorosamente sostiene una opini�n que no es la nuestra. Fantasma, s. Signo exterior e invisible de un temor inferior. Para explicar el comportamiento inusitado de los fantasmas, Heine menciona la ingeniosa teor�a seg�n la cual nos temen tanto como nosotros a ellos. Pero yo dir�a que no tanto, a juzgar por las tablas de velocidades comparativas que he podido compilar a partir de mi experiencia personal. Para creer en los fantasmas, hay un obst�culo insuperable. El fantasma nunca se presenta desnudo: aparece, ya envuelto en una s�bana, ya con las ropas que usaba en vida. Creer en ellos, pues, equivale no s�lo a admitir que los muertos se hacen visibles cuando ya no queda nada de ellos, sino que los productos textiles gozan de la misma facultad. Suponiendo que la tuvieran, �con qu� fin la ejercer�an? �por qu� no se da el caso de que un traje camine solo sin un fantasma adentro? Son preguntas significativas, que calan hondo y se aferran convulsivamente a las ra�ces mismas de este floreciente credo. Faro, s. Edificio elevado sobre una playa, donde el gobierno mantiene un farol y un recomendado pol�tico. Favor, s. Breve pr�logo a diez vol�menes de exacci�n. Fe, s. Creencia sin pruebas en lo que alguien nos dice sin fundamento sobre cosas sin paralelo. Fealdad, s. Don de los dioses a ciertas mujeres que pueden ser virtuosas sin ser humildes. Felicidad, s. Sensaci�n agradable que nace de contemplar la miseria ajena. Fel�n, s. Persona de m�s empuje que discreci�n, que al aprovechar una oportunidad ha elegido mal sus c�mplices. Ferrocarril, s. El principal entre los medios mec�nicos que nos permiten alejarnos de donde estamos hacia donde no estaremos mejor.. El optimista lo prefiere por su rapidez. Fiador, s. Tonto que poseyendo bienes propios se hace responsable de los que otro conf�a a un tercero. Felipe de Orleans, queriendo designar para un alto cargo a uno de sus favoritos --un noble disoluto--, le pregunt� qu� garant�a pod�a ofrecer. "No necesito fiador" --repuso el noble-- "puesto que puedo daros mi palabra de honor". Divertido, pregunt� el Regente: "eso, �cu�nto vale?" Repuso el noble: "Se�or, vale su peso en oro". Fidelidad, s. Virtud que caracteriza a los que est�n por ser traicionados. Fiesta, s. Celebraci�n religiosa generalmente caracterizada por la glotoner�a y la ebriedad, que suele realizarse para honrar a alguien que se distingui� por ser un santo y un abstemio. En la liturgia cat�lica hay fiestas m�viles y fijas, pero los celebrantes se quedan invariablemente fijos a la mesa, hasta que se han saciado. En su estadio primitivo, estos entretenimientos asum�an la forma de festividades en honor de los muertos; fueron celebradas por los griegos con el nombre de "Nemesia", y tambi�n por los aztecas y los incas, y en tiempos modernos son populares entre los chinos; aunque se cree que los muertos de la antig�edad, como los de hoy, com�an poco. Entre las numerosas fiestas de los romanos, se encontraban las "Novemdiale", que seg�n Tito Livio, se celebraban cada vez que llov�an piedras del cielo. Fil�ntropo, s. Anciano caballero, rico y generalmente calvo, que ha aprendido a sonre�r mientras su conciencia le roba los bolsillos. Filibustero, s. Pirata de poco bordo, cuyas anexiones, carecen del m�rito santificante de la magnitud. Filisteo, s. Aquel cuya mente es producto de su medio, y cuyos pensamientos y sentimientos est�n dictados por la moda. a veces es culto, a menudo pr�spero, generalmente limpio y siempre solemne. Filosof�a, s. Camino de muchos ramales que conduce de ninguna parte a la nada. Finanzas, s. Arte o ciencia de administrar ingresos y recursos para la mayor conveniencia del administrador. Fisonom�a, s. Arte de determinar el car�cter de otro por las semejanzas y diferencias entre su rostro y el nuestro, que es el criterio de la excelencia. Follet�n, s. Obra literaria, generalmente una historia que no es verdadera y que se prolonga insidiosamente en varios n�meros de un peri�dico o una revista. Cada entrega suele venir precedida de un "resumen de lo publicado", para los que no la han le�do, pero ser�a m�s necesario un "resumen de lo que sigue", para los que no piensan leerlo. Lo mejor ser�a un resumen de todo. El difunto James F. Brown estaba componiendo un bolet�n para un semanario en colaboraci�n con un genio cuyo nombre no ha llegado a nosotros. Trabajaban, no conjunta sino alternativamente: una semana Brown escrib�a un cap�tulo, a la semana siguiente escrib�a su amigo, y de este modo pensaban seguir hasta el fin de los tiempos. Infortunadamente se enemistaron, y un lunes por la ma�ana, cuando Brown ley� el peri�dico para poder continuar la historia, descubri� que esta hab�a sido interrumpida de un modo calculado para sorprenderlo y herirlo. Su colaborador hab�a embarcado a todos los personajes del relato en un buque y los hab�a hundido en lo m�s profundo del Atl�ntico. Folklore, s. Sabidur�a popular que abarca mitos y supersticiones. En la obra de Baring Gould, Curiosos Mitos de la Edad Media, el lector encontrar� el camino recorrido por muchos de ellos, a trav�s de diversos pueblos y en l�neas convergentes hacia un com�n origen en la remota antig�edad. Uno de los m�s generales y antiguos de esos mitos es el de "Al� Bab� y los Cuarenta rockefellers". Fon�grafo, s. Juguete irritante que devuelve la vida a ruidos muertos. Forma pauperis, (expresi�n latina). "En car�cter de pobre", forma de presentaci�n ante un juez que permite a �ste fallar sin remordimiento contra quien carece de dinero para pagar un abogado. Fotograf�a, s. Cuadro pintado por el sol sin previo aprendizaje del arte. Es algo mejor que el trabajo de un apache, pero no tan bueno como el de un indio "cheyenne". Frenolog�a, s. Ciencia de alivianar el bolsillo a trav�s del cr�neo. Consiste en localizar y explotar el �rgano con que uno es un tonto. Frontera, s. En Geograf�a pol�tica, l�nea imaginaria entre dos naciones que separa los derechos imaginarios de una, de los derechos imaginarios de la otra. Funeral, s. Ceremonia mediante la que demostramos nuestro respeto por los muertos enriqueciendo al sepulturero, y refirmamos nuestra congoja mediante gastos que ahondan nuestros gemidos y duplican nuestras l�grimas. Futuro, s. �poca en que nuestros asuntos prosperan, nuestros amigos son leales y nuestra felicidad est� asegurada. |
||||
Webs amigas: Herramientas Llus� | Jesus Atienza Foto | Cadorna | Directorio web en espa�ol | Reglamentos de deportes | Bater�a y Percusi�n | Sensual |